jueves, 30 de abril de 2015

EL ESCORPIÓN "VALE LA PENA LEERLO"

Un maestro del oriente vio a un escorpión cuando se estaba ahogando y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el escorpión lo picó. De la reacción de dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y se estaba ahogando de nuevo. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el animal lo pico. Alguien que estaba viendo al maestro se le acercó y le dijo:

- Disculpe, pero usted es terco! ¿Cada vez que intente sacarlo del agua le va a picar?

El maestro respondió:

- La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.
Así que con la ayuda de unas hojas, el maestro sacó al escorpión y le salvó la vida.

“No cambie su naturaleza, si alguien hace algo malo, sólo tome precauciones.
Algunos persiguen la felicidad, otros la crean. Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación. Debido a que tú conciencia es lo que eres y tu reputación es lo que otros piensan de ti".

Y lo que los otros piensen, no es nuestro problema...  Es problema de ellos.


Vale la pena leerlo para reflexionar! … Que tengan un grandioso día, os mando un abrazo enorme, gracias por leerme!!!


martes, 21 de abril de 2015

Reflexión de la hiedra y el roble

Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día  echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.

Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.

- "¿Cómo estás, amigo roble?", preguntó una mañana la hiedra.
-" Bien, mi amiga" contestó el roble.

-" Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura ", agregó la hiedra con mucha ironía. "Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio".

-" No te burles, amiga", respondió muy humilde el roble. " Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza ".

Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha.
El roble creció con su ritmo firme y lento.
Las paredes de la casa envejecieron.
Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible.
El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.

Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.

Mientras tanto el roble reflexionaba:


“Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros. "

Ser sencillo y humilde es mejor que mostrarse orgulloso presumiendo algo poco importante! ... mientras mas sencilla es la gente, mas hermosa resulta!


jueves, 9 de abril de 2015

Como el Papel Arrugado

Mi carácter impulsivo, cuando era niño me hacía reventar en cólera a la menor provocación, la mayoría de las veces después de uno de éstos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado
 Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: 
- ¡Estrújalo! 
Asombrado obedecí e hice con él una bolita.
- Ahora -volvió a decirme- déjalo como estaba antes.



Por supuesto que no pude dejarlo como estaba, por más que traté el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.

- El corazón de las personas -me dijo- es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.

Así aprendí a ser más comprensivo y paciente. Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado.

La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar...

Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras...
 Luego queremos enmendar el error pero ya es tarde.

Alguien dijo alguna vez Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio
Por impulso, no nos controlamos, y sin pensar, arrojamos en la cara de las personas, palabras llenas de odio o rencor y luego cuando pensamos en ello nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado en el otro.

Muchas personas dicen: Aunque le duela se lo voy a decir... o La verdad siempre duele... o No le gustó porque le dije la verdad...

Si sabemos que algo va a doler, a lastimar, si por un instante imaginamos cómo podríamos sentirnos nosotros si alguien nos hablara o actuará así... ¿Lo haríamos?

Otras personas dicen ser frontales y de esa forma se justifican al lastimar: Se lo dije al fin... o ¿Para qué le voy a mentir...? o Yo siempre digo la verdad aunque duela...

Qué distinto sería todo si pensáramos antes de actuar, si frente a nosotros estuviéramos sólo nosotros y todo lo que sale de nosotros lo recibiéramos nosotros mismos. ¿No?

Entonces sí nos esforzaríamos por dar lo mejor y por analizar la calidad de lo que vamos a entregar.

Desde hoy ¡Aprendamos a ser comprensivos y pacientes!

¡Pensemos antes de hablar y de actuar!
Cuando sientas ganas de estallar, recuerda el papel arrugado.



lunes, 6 de abril de 2015

El Ciego y El Creativo


Dicen que una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.

El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.

El creativo le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: 
"¡Hoy es Primavera... y no puedo verla!"

Moraleja:
Cuántas veces en nuestras vidas las cosas no salen como deseamos, y nos enojamos, peleamos y nos entristecemos cuando tal vez debemos cambiar de estrategia para que las cosas nos salgan bien.

Lo difícil es encontrar nuevas estrategias, para lograr resultados diferentes.

Decía Einstein:

"Si haces lo que siempre has hecho,
obtendrá los resultados que siempre has obtenido"